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Paro
Juvenil
Los jóvenes de hoy, pese
a constituir la generación mejor preparada de la historia
de nuestros países, no encuentran nada fácil ingresar
al mundo laboral y permanecer en él. Estas afirmaciones
se comprueban estadísticamente, por ejemplo en España,
por la brutal tasa de paro juvenil (22,1% de la población
activa), la más alta de la Unión Europea, y por ese 33,6%
de contratos temporales, también el más alto de la UE.
El impacto personal
del desempleo
Ambas circunstancias se
expresan, en lo personal, con la desesperación reflejada en
la carta de una joven a un diario madrileño:
"Tengo 25 años. Llevo
cinco trabajando como secretaria y he pasado ya por cuatro
empresas diferentes... Ahora estoy en paro."
La joven que escribía
esto añadía que sus sucesivos salarios fueron
cada vez menores, lo que la llevaba a afirmar
que "tengo la sensación de caminar hacia atrás, como los
cangrejos."
El desempleo,
unido a la temporalidad y salarios
cada vez más bajos, sumados a la crisis
actual, generan dramas personales y familiares cuyas consecuencias
pueden ser, y de hecho lo son en muchos casos, la marginalización
social de jóvenes o la imposibilidad de ellos crear nuevos
núcleos familiares. Con respecto a esto último, en 1984 el
64% de los jóvenes era autosuficiente, mientras que, actualmente,
este percentual no llega a la mitad.
Mujeres y el paro juvenil
El paro juvenil, además,
afecta de forma más dramática a las mujeres, con un 48,5%,
que a los hombres, con un 36,2%. Para los jóvenes de 16 a
30 años de edad, los tiempos de búsqueda de empleo oscilan
entre menos de un mes (el 3,1%) y dos años (el 35,6%). El
46,7% de aquellos cuya edad está entre los 20 y 30 años encuentran
empleo entre un mes y menos de un año; los que superan los
30 años pueden alcanzar períodos de búsqueda que superan los
dos años.
Podría concluirse que la mejor
edad para buscar empleo va de los 20 a los 40 años; superada
esta última edad, se alargan los períodos de búsqueda y, el
éxito de ésta se hace más dependiente de la estrategia
y herramientas utilizadas así como de la actitud
personal adoptada ante la búsqueda. Sin embargo,
pese la mayor dificultad, no es para nada imposible y, por
eso, no hay que desanimarse, seguir buscando
y, eso sí,, mejorando la estrategia.
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